En 1992 vuelve a Primera División, donde solo permanecería una temporada, despidiéndose en el partido en que Boca Juniors saldría campeón empatando 1-1 con el santo. Pocos lugares eran más tradicionales que Campo de Criptana, donde la vida se centraba en las cofradías, cada una con su propia sala de reuniones dedicada a una figura diferente de la Biblia. El 20/11/1988, San Martín de Tucumán consigue una abultada goleada por 6 a 1 frente a Boca Juniors en la mítica Bombonera.