Ya en cuartos de final de la fase clasificatoria, se enfrentaría a la selección occidental alemana, vigente campeona de Europa y del mundo, por un puesto en la fase final de la competición. Paraguay se cobraba así la revancha de la final del torneo anterior ante Brasil, que aún tenía frescos los traumas sufridos por el Maracanazo. Un 3-2 ante Escocia el día 11, y un empate a 3 tantos con Yugoslavia el 15 de junio, dejó a Paraguay fuera de carrera al terminar en el tercer lugar de su grupo.