En una de las series más intensas del fútbol italiano reciente, la AS Roma de José Mourinho superó al AC Milan en los cuartos de final de la competición europea, confirmando su lugar en la gran final. El enfrentamiento, denominado por muchos como una guerra civil italiana, mostró a una Roma táctica, disciplinada y eficaz. Desde el primer encuentro, el planteamiento de Mourinho fue claro: neutralizar el juego ofensivo del Milan y golpear en los momentos adecuados. El ambiente en el Olímpico fue vibrante, con aficionados alentando sin cesar, muchos de ellos luciendo su pasión con comprar camisetas de futbol baratas que rememoraban las grandes gestas del club romano.
En el partido de ida, disputado en San Siro, la Roma sorprendió al conjunto rossonero con un gol tempranero de Gianluca Mancini. A partir de ahí, el equipo se encerró con orden y bloqueó cualquier intento de remontada por parte del Milan. Rui Patrício fue una muralla bajo los palos, mientras que la zaga liderada por Smalling y Ndicka fue casi impenetrable.
El encuentro de vuelta en Roma fue una muestra de inteligencia táctica. A pesar de perder a un hombre por expulsión antes del descanso, los dirigidos por Mourinho se mantuvieron firmes, evitando que el Milan pudiera aprovechar su superioridad numérica. Paulo Dybala, con una jugada individual, selló la eliminatoria con un gol que hizo estallar al Olímpico.
Esta doble victoria no solo clasificó a la Roma a una nueva final, sino que consolidó la figura de Mourinho como estratega de primer nivel. A pesar de las críticas recibidas durante la temporada, el técnico portugués volvió a demostrar que en partidos clave sabe cómo sacar lo mejor de su plantilla.
Ahora, el equipo capitalino se prepara para disputar una nueva final europea, con la ambición de añadir otro título internacional a sus vitrinas. La Roma ha vuelto a ilusionar a su afición, y los jugadores saben que están escribiendo una nueva página en la historia del club.