Durante la etapa de Alfonso García, esta situación no se solventó en lo absoluto. Fue un jugador que funcionaba como volante de contención y en base a su gran visión de juego, lograba dar contraataques al rival dando pases precisos a los delanteros, función que se vio reflejada durante su periodo en el Bayern de Múnich, así como dar juego a toda la cancha empezando desde la defensa al ataque, distribuyendo el balón con un gran toque.